La Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) lleva más de cinco décadas ofreciendo una alternativa académica pública, flexible y rigurosa, que ha permitido a miles de personas estudiar sin importar su ubicación geográfica, su edad o sus circunstancias personales. “Nuestro alumnado va desde los 18 hasta los 85 años, y estudia desde casa, desde hospitales, desde centros penitenciarios o desde cualquier rincón del país”, afirma Alejandro Cerdá, director del centro asociado UNED Alzira-Valencia y del campus Este-Centro de la institución.
Frente al modelo tradicional presencial, la UNED ofrece un sistema semipresencial que combina las ventajas de la educación a distancia con la posibilidad de acudir a tutorías en sus 62 centros asociados repartidos por toda España. “Nos apoyamos en la tecnología, claro, pero también mantenemos el contacto directo entre estudiante y profesor. Esa cercanía académica sigue siendo fundamental”, señala Cerdá.
Con más de 185.000 estudiantes matriculados en todo el país y presencia en países europeos y latinoamericanos, la UNED se ha consolidado como una universidad de referencia para quienes necesitan compatibilizar su formación con otras responsabilidades. “Nuestro perfil mayoritario está entre los 25 y los 35 años, en su mayoría personas que ya están insertadas laboralmente y que buscan reciclarse o avanzar profesionalmente”, explica.
Evaluación continua, presencialidad y tecnología
Uno de los valores diferenciales de la UNED es su fuerte compromiso con la inclusión. “Impartimos docencia a personas con discapacidad, a quienes están en centros penitenciarios, a personas mayores que simplemente quieren seguir aprendiendo. La educación no debería tener límites, y la UNED lo hace posible”.
El modelo de enseñanza se basa en una evaluación continua que se desarrolla a través de las plataformas digitales, combinada con pruebas presenciales que garantizan la calidad académica. “El alumno entrega trabajos periódicos, que son corregidos por el equipo docente y los tutores, y acude a su centro asociado para realizar los exámenes. Además, mantenemos la convocatoria de septiembre, lo cual es importante para un alumnado que muchas veces necesita más margen”.
A nivel tecnológico, la universidad ha pasado de las emisiones radiofónicas de los años 70 a un ecosistema digital con plataformas como Intecca, Agora, UFT o Microsoft Teams. “Hoy un estudiante puede acceder a una clase en directo o verla grabada a la hora que mejor se adapte a su vida. No imponemos horarios, nos adaptamos a ellos”, destaca Cerdá.
Proyección internacional y matrícula abierta
La apuesta por la internacionalización también forma parte del presente de la UNED. En 2025 ha firmado una alianza con otras diez universidades europeas a distancia para conformar Open EU, una red paneuropea de cooperación académica que agrupa a más de 360.000 estudiantes. “Es una oportunidad para compartir conocimiento, impulsar proyectos comunes y reforzar el valor de una educación abierta, pública y sin fronteras”, apunta el director.
La oferta académica incluye más de 30 grados oficiales, másteres, microgrados, programas de formación continua y cursos dirigidos a mayores de 65 años a través del programa UNED Senior. La matrícula ya está abierta y podrá formalizarse hasta principios de octubre a través de la web uned.es. “Aquí se puede estudiar desde ingeniería hasta filosofía, con tasas públicas y con la tranquilidad de formar parte de una universidad sólida, de prestigio y centrada en el estudiante”, recuerda Cerdá.
Cursos de verano y una universidad abierta a la ciudadanía
El centro asociado de Alcira-Valencia también impulsa una programación propia de cursos de verano. Entre ellos, destaca uno dedicado al universo del libro y las bibliotecas en torno a El infinito en un junco, que contará con la participación de su autora, Irene Vallejo. En Gandía, otro curso abordará temas de memoria histórica con la participación de Paco Roca. Y en julio se celebrará también un seminario sobre derecho y cultura romana con el sugerente título Todos a la cárcel. “Queremos que la universidad también sea un espacio de curiosidad, pensamiento y cultura abierta a toda la ciudadanía”, concluye.